«Viento del Este y niebla gris anuncia que viene lo que ha de venir…» cantaba Bert y efectivamente así fue, el viento del Este llevó a Mary Poppins hasta la calle del Cerezo nº 17, donde la esperaban los jóvenes Jane y Michael Banks.
Seis niñeras en cuatro meses habían “sufrido” las travesuras de estos dos hermanos, y las seis se habían dado por vencidas abandonando desesperadas la casa de los Banks. Tras el disgusto de sus padres, Jane y Michael se deciden a escribir una carta en la que describen a su niñera ideal y esa no era otra que Mary Poppins, la “prácticamente perfecta en todo”…
Desde ese momento, la vida de estos niños (y del resto de su familia) entra en un mundo lleno de imaginación, música, alegría y grandes dosis de surrealismo. En esto último debemos destacar la figura del almirante y sus cañonazos a las ocho en punto y, por supuesto, las escenas donde los ataques de risa eran los causantes de que los protagonistas se elevaran hasta el techo de la habitación. Junto a Mary, su inseparable Bert, los acompañará en todas sus aventuras y vivirá junto a ellos experiencias inolvidables.
Estrenada en 1964 y dirigida por Robert Stevenson, “Mary Poppins” se convirtió desde bien pronto en un largometraje de referencia en la filmografía Disney. Su escenografía (toda la película fue rodada en estudio), sus espectaculares coreografías y algunos planteamientos ciertamente progresistas (considerados en el encuadre histórico en el que se desarrolla la trama) esconden gran parte del éxito de este musical que traspasó la gran pantalla, llegando a convertirse en obra de culto representada durante años en Broadway y en el West End. El largometraje fue nominado en trece categorías de los Óscar y obtuvo cinco estatuillas (mejor actriz, para Julie Andrews; mejor montaje, mejor banda sonora, mejor canción original por “Chim Chim Cher-ee” y efectos especiales) lo que lo llevó a convertirse en la película Disney con más nominaciones.
Mary Poppins es la indiscutible protagonista del film pero hay todo un elenco de interesantes secundarios en los que subyace una trama paralela. Así encontramos a Bert, el chico para todo, hombre orquesta, pintor, deshollinador… Dick Van Dyke hizo todo un despliegue de habilidades, no sólo firmó una de sus mejores interpretaciones sino que cantó, bailó e incluso llegó a dar vida a otro de los personajes de la película. Tal era la versatilidad del actor que se llegó a decir que los niños protagonistas no supieron que Van Dyke era también el anciano banquero hasta que lo vieron en los créditos de la película durante la premiere.
Destacable por el trasfondo de su papel, la señora Banks, encarna la revolucionaria defensa femenina de los derechos sufragistas de la mujer. En un entorno totalmente conservador, con un marido intransigente y altivo, la sra. Banks pone ese adecuado punto crítico y liberal a una lucha que, tanto en la época en la que se desarrolla la película como en el tiempo real en el que se estrenó, dio mucho que hablar.
Por último destacar al Sr. Banks, un hombre distante y condescendiente con su familia y el servicio, únicamente preocupado por su trabajo y que al final, cautivado de alguna manera por Poppins, reacciona y acaba cediendo ante la evidencia de lo que realmente es importante en la vida. En el aire siempre quedará la duda de saber a quién vino a salvar realmente Mary, si a los niños o al progenitor.
En definitiva, “Mary Poppins” ha sido y es una de las mejores películas musicales de la historia del cine. Todos quedamos rendidos ante ella, deseando haber tenido (o tener) una niñera como ella, difícil de describir, mágica, encantadora… “supercaligragilisticuespialidosa”. Y si no tienes suficiente con la película, no pierdas ocasión de tomarte una foto con ella en los parques de Disney.
Artículo contribuido por Rocío Caraballo Fernández, de http://www.todocine.com.
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