Como ya anuncié en nuestra Comunidad de Facebook pocos minutos antes de acceder al teatro, este sábado tuve la ocasión de ver el musical de El Rey León en Madrid y quiero compartir esta review con todos los Disney Adictos.
Vaya por delante que no soy ningún crítico teatral – ni mucho menos – aunque después de haber visto un puñado de producciones musicales incluyendo La Bella y la Bestia en el West End londinense, Mary Poppins en Broadway, Mamma Mía, Hoy No Me Puedo Levantar, Jesucristo Superstar, 40 El Musical y Los Miserables en la Gran Vía madrileña, al menos creo que sí lo puedo juzgar en relación a otros espectáculos de similares características (desde luego me he gastado suficiente dinero en musicales como para intentarlo…)
El Rey León es un musical dirigido por Julie Taymor basado en la película animada de Disney de 1994, con las conocidas canciones de Elton John y Tim Rice, música adicional compuesta por Hans Zimmer (por la que por cierto ganó un Oscar) y arreglos corales del músico africano Lebo M. (francamente no tenía ni idea de quién era este tipo).
La producción teatral se estrenó en Broadway en 1997, y desde entonces se ha representado en numerosos países del mundo llegando a Madrid en octubre de 2011. De hecho, antes de su estreno en la capital española, la producción teatral de El Rey León había vendido ya más de 100.000 entradas por adelantado quedando agotadas prácticamente todas las sesiones durante meses. A eso le llamo yo empezar con buen pie.
Hasta ahora este espectáculo ha cosechado más de 70 premios de primera categoría en el mundo, incluyendo el premio Tony y el de la NY Drama Critics al mejor musical, el prestigioso Grammy a mejor álbum musical y también el premio Laurence Olivier (Reino Unido) a mejor coreografía y mejor diseño de vestuario, así como tres premios Molière (Francia) a mejor musical, diseño de iluminación y vestuario. Con un presupuesto de más 9 millones de euros – dedicado entre otras cosas a reformar íntegramente el Teatro Lope de Vega para poder acoger la función – El Rey León es la producción musical más ambiciosa jamás realizada en España y la única versión en español que se puede ver de la obra hoy en día (en México D.F. se representó en el Auditorio Nacional del 3 al 27 de enero de 2008, en inglés con subtítulos proyectados). Ahí es nada, con este palmarés ¡imagínate mi anticipación!
Entremos en materia… Sin duda lo más llamativo de El Rey León es su espectacular puesta en escena. Las marionetas artesanales que representan todo tipo de animales africanos – incluyendo gigantescas jirafas de 7,5 metros de altura, ágiles gacelas, aves exóticas, el simpático aunque en ocasiones repelente pájaro Zazu y un elefante a tamaño natural – son sencillamente geniales y desde el minuto uno de la función te olvidas de que son simplemente actores.
El movimiento de todas estas criaturas – especialmente las estilizadas jirafas y las malvadas hienas – es francamente impresionante y en mi opinión el colorido vestuario, el maquillaje, los hábiles juegos de sombras, la iluminación y la escenografía en general es sobresaliente. Más de 25 tipos de animales salen al escenario durante la obra y además hay más de 200 esculturas, figuras animadas, tallas y máscaras para las que se necesitaron más de 17.000 horas en su diseño y construcción (la más ambibciosa es sin duda la de el «espíritu de Mufasa» que sobrevuela el escenario en un momento de la obra).
La magnitud de la puesta en escena queda de manifiesto en los primeros 10 minutos del musical, cuando Rafiki convoca a todos los animales de la sabana para rendir sus respectos al recién nacido Simba; una emocionante representación de El Ciclo Vital que te pondrá los pelos de punta, te saltarán las lágrimas y posiblemente justifique por sí misma el precio de la entrada.
Desgraciadamente, a partir de este momento, para mí la cosa fue cuesta abajo…
Me preguntó mi amigo y fiel Disney Adicto Kaneda cómo es que un fan como yo había esperado tanto tiempo para ver este musical (han pasado 20 meses desde su estreno en Madrid), y la respuesta es que mis expectativas eran ya tan altas que temía salir decepcionado.
El caso es que cuando uno lleva años leyendo reseñas del tipo “Sencillamente no hay nada igual” (The New York Times) o “Es realmente la octava maravilla del mundo” (KTLA TV), y además la obra abre con el desgarrador grito de “Nants ingonyama bagithi Baba” que habréis visto muchos en los anuncios de TV (sí, lo he investigado, y significa algo así como “padre, aquí viene un león” en zulú), es prácticamente imposible mantener ese nivel de excelencia durante dos horas y media.
En cuanto al elenco destacaría la versión adulta de Nala y el toque cómico de Timón, pero los demás artistas me parecieron bastante discretos y – en algunos casos – incluso carentes de fuerza y personalidad. Rafiki (interpretado por la exótica Zama Magudulela) también hace un papel muy carismático pero en ocasiones me recordaba más una hechicera vudú del Monkey Island algo sobre-actuada (y bajo la influencia de alguna sustancia psicotrópica) que al sabio mandril de la película.
Finalmente, la combinación de los coros africanos con el acento andaluz de Pumba, el panameño de Mufasa y el mexicano de Simba producen en algunos momentos ciertas cacofonías. En líneas generales la primera media hora de El Rey León me entusiasmó, la siguiente hora me pareció aceptable, y los últimos cuarenta minutos estaba mirando el reloj y pensando en cómo empezar mi review.
A pesar de todo, concluyo mi review diciendo que el musical de El Rey León desde luego merece la pena y que la espectacular puesta en escena y las conocidas melodías de la función superan con creces las posibles carencias descritas anteriormente.
Eso sí, si vas a ver El Rey León intenta comprar entradas de platea y no en el primer o segundo anfiteatro como hice yo; te saldrá algo más caro, pero se trata de una obra donde prima la experiencia visual y por tanto considero fundamental la ubicación de tu butaca. Una pena no haberlo sabido de antemano.
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