Ayer, 17 de julio de 2011, se cumplió el 56 aniversario de la inauguración del parque Disneyland en Anaheim, California. Esta fecha tiene un significado muy especial para todos los aficionados de los parques de Disney, ya que representa la culminación del sueño de Walt y también el inicio de un imperio de ocio y diversión sin precedentes.
Mirando atrás en el tiempo, resulta increíble lo que puede lograr hacer una persona con imaginación, tenacidad y ganas de cambiar el mundo. Cuando Walt Disney comenzó a planificar la construcción de lo que sería su primer parque temático, su objetivo era crear un lugar mágico donde toda la familia – padres e hijos, abuelos y nietos – pudieran divertirse juntos y hacer volar su imaginación. Un lugar que fuera distinto a los clásicos carnavales o ferias itinerantes de la época, y que utilizara las mismas técnicas del cine para contar una historia. Muchos le tacharon de loco, y la alertaron de que la construcción de Disneyland sería un fracaso y terminaría por arruinarle, pero la historia le ha dado la razón al visionario Walt.
Hace 56 años el propio Walt Disney, que falleció antes de la apertura de Walt Disney World en Florida, leyó estas famosas palabras que quedaron inmortalizadas en la placa de inauguración que todavía hoy puede verse en Main Street USA:
«A todos los que vienen a este lugar feliz, bienvenidos. Disneyland es vuestra tierra. Aquí, se reviven recuerdos del pasado, y los jóvenes pueden saborear el desafío y la promesa de un futuro mejor. Disneyland está dedicado a los ideales, a los sueños, y a las duras realidades que han forjado los Estados Unidos… Con la esperanza de que este lugar sea una fuente de alegría y de inspiración para todo el mundo.»
El parque Disneyland se abrió al público un día después de esta inauguración oficial, el 18 de Julio de 1955, con sólo 20 atracciones. La jornada no transcurrió con tranquilidad, ya que acudió mucha más gente de la que se esperaba. A pesar de que el primer día solo estaba previsto que acudiera gente con invitación, lo que los responsables del parque no tuvieron en cuenta fue el alto grado de falsificaciones que se realizaron de estas invitaciones. Así, frente a los 11.000 asistentes que estaban contemplados, acudieron 28.154 personas el día de la inauguración al público.
Estrellas de cine y otras celebridades que debían de haber llegado al parque de forma escalonada, cada dos horas, llegaron todos de golpe colapsando la entrada al parque con curiosos buscando autógrafos. Fue un día excepcionalmente caluroso (38° centígrados) lo que impidió que se secara el asfalto recién echado, provocando que se atascaran los tacones de muchas visitantes. Para colmo, una huelga de fontaneros impidió que funcionaran las fuentes de agua. Muchas de las pocas cafeteríaas del parque se quedaron sin comida antes de tiempo, y una fuga de gas en Fantasyland provocó que se cerrara al público la totalidad de Adventureland, Frontierland, y Fantasyland durante varias horas.
A pesar de estas desgracias (los ejecutivos de Disney se referirían al día de la inauguración como “Domingo Negro”) hoy, 56 años más tarde, los desafortunados acontecimientos del día de inauguración han pasado a la historia y los empleados lucen orgullosamente sus pins conmemorativos. Hoy, 56 años después, la tecnología de las atracciones ha cambiado mucho, pero el mensaje de Walt que transmiten los parques de Disney sigue siendo el mismo.