Primero, en 1995, vinieron los juguetes de Toy Story. Más tarde llegaron los coches, los monstruos, el mundo submarino de Nemo, los superhéroes Increíbles, la divertida ratita Remy de Ratatouille, el robot Wall-E y finalmente los entrañables personajes de Up.
Pero ahora con “Brave” (“Indomable”) todo va a cambiar, porque por primera vez el estudio de animación Pixar (adquirido por Disney en enero de 2006 por 7.400 millones de dólares) dará el protagonismo a una princesa, una figura dominante en el cine de animación desde el estreno de Cenicienta y La Bella Durmiente por Disney en los años cincuenta.
Como bien saben nuestros lectores, Pixar cimentó su reputación sobre producciones muy creativas, con un innovador uso de la animación por ordenador y con un desarrollo francamente diferente a lo que se había visto hasta la fecha en la animación tradicional. Pixar ha dedicado siete años a la producción de “Brave”, su última incursión en el cine de animación que se estrena hoy en Estados Unidos y entre julio y agosto en España y Latinoamérica.
Fue un proceso excepcionalmente largo para una cinta que provocó no pocos dolores de cabeza a los responsables del estudio, quienes durante mucho tiempo estuvieron insatisfechos con su creación. Tras cinco años de desarrollo, el estadounidense Mark Andrews (“Los Increíbles”, “Ratatouille”, “John Carter”) se vio obligado a tomar las riendas del proyecto de manos de Brenda Chapman -una veterana de la animación que pasó por Disney y DreamWorks antes de llegar a Pixar-, haciendo valer la consigna “denme una buena historia”. Y el caso es que Pixar, conocida entre otras cosas por la solidez de sus guiones, se enfrentó a un doble desafío con “Brave”: en primer lugar, hacer una cinta sobre una princesa (cosa que como hemos explicado anteriormente nunca habían hecho) y en segundo lugar confiar el papel principal, también por primera vez, a un personaje femenino.
Curiosamente, según los responsables de la producción, la dificultad no radica en si el personaje principal es héroe o heroína: “Siempre es un desafío”, afirmó el director del filme, “cualquiera que sea el personaje, siempre es un lío caracterizarlo”. “Que el personaje sea un hombre, una mujer, un pájaro o un lagarto no tiene importancia. La cuestión es cuál es el mensaje, cómo provocar empatía en el público. Eso siempre es difícil”. Curiosamente, a pesar de los avances tecnológicos y lo mucho que ha cambiado el cine de animación en los últimos 50 años, la esencia es la misma que identificó Walt Disney en 1937 cuando estrenó Blancanieves; da igual que el personaje sea una mujer, un cervatillo, una marioneta de madera o un elefante de orejas grandes: lo importante es la historia… Como todos los lectores de este blog saben perfectamente, esta filosofía de Walt fue la esencia también de Disneyland y los otros parques Disney.
El relato de “Brave” tiene lugar en las misteriosas y escarpadas islas de Escocia, donde leyendas místicas e historias de épicas batallas han ido pasando de generación en generación desde la antigüedad. “Brave” cuenta la historia de la joven Mérida, una impulsiva y hábil arquera hija del Rey Fergus y de la Reina Elinor. Dispuesta a trazar su propio destino en la vida, Mérida decide romper con una vieja costumbre sagrada para los señores de la tierra: El gigantesco Lord MacGuffin, el malhumorado Lord Macintosh y el cascarrabias Lord Dingwall. La actuación de Mérida desencadena, sin quererlo, el caos y la furia en el reino. Además, decide solicitar la ayuda de una anciana sabia que le concede un deseo muy poco afortunado. Los peligros posteriores obligan a Mérida a descubrir el auténtico significado de la valentía, en su esfuerzo por acabar con una terrible y bestial maldición antes de que sea demasiado tarde.
Pronto conoceremos la opinión de los primeros espectadores, pero en principio “Brave” parece una aventura fabulosa llena de sentimientos, personajes memorables y el humor característico de Pixar que tanto gusta a grandes y pequeños. Además, en el plano técnico la película supera además, las proezas técnicas que caracterizan a Pixar, en particular con la fascinante animación de la rizada cabellera roja de la princesa y la representación de los paisajes escoceses.
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